Dirección:
Rubén Meraldi
Diseño escenografico:
Roberto Sancho.
Fotografía:
Juan Farret
Decir sí
Sobre la obra:
Según sus propias palabras, la autora Griselda Gambaro piensa que "Decir si" responde temáticamente, en clave de humor, a una de sus constantes, ya evidenciada en su primer pieza "Las Paredes", de 1963, la pasividad, el miedo a la asunción de una responsabilidad. En "Decir sí" esto es llevado a una situación límite. La aprensión, la inseguridad y el miedo de uno de los personajes (el "Hombre") se expresa en la abundancia de acciones y palabras, en oposición a la parquedad incluso de acciones del otro personaje -"El Peluquero"-. De él se ignora si es el que detenta el poder o alguien a quien se le atribuye poder.
El Hombre, siempre dispuesto a no incomodar a los demás, entra a la peluquería a cortarse el pelo pero se ve obligado por el peluquero a realizar tareas (barrer el piso, afeitar y cortar el pelo al peluquero) Ordenes a las cuales es incapaz de oponerse. No solo acepta por apatía o timidez, sino porque una vez más evita realizar la trabajosa elección de su destino.
Alrededor de esta situación básicamente inmotivada se mueve el hombre con toda naturalidad y aparentemente sin tener plena conciencia de lo absurdo de la misma. Durante el transcurso de la obra realizará sucesivas concesiones que resquebrajan su ya débil personalidad, hasta que llega el momento de su muerte.
Alrededor de esta situación básicamente inmotivada se mueve el hombre con toda naturalidad y aparentemente sin tener plena conciencia de lo absurdo de la misma. Durante el transcurso de la obra realizará sucesivas concesiones que resquebrajan su ya débil personalidad, hasta que llega el momento de su muerte.
En esta obra Gambaro expone uno de sus temas predilectos: la CRITICA AGUDA DE LA DEBILIDAD DEL HOMBRE A LA CONCESIÓN COTIDIANA QUE LO LLEVA EN ÚLTIMA INSTANCIA A LA PÉRDIDA INDIGNA DE SU LIBRE DETERMINACIÓN, O A LA MUERTE, QUE ES LO MISMO.
Desde sus orígenes, el grupo "5 Sesiones Teatro y Titeres ", ha intentado crear en sus espectáculos una fuerte relación entre actores y público. Para ello le propone incluirlo en la obra como una fuerza (agonista) dramática, pero sin apelar a recursos compulsivos que lo obliguen a la acción. El hecho de involucrarlo en el mismísimo espacio escénico crea relaciones que rompen la estructura del público = espectador; y lo mismo sucede con respecto del actor.
En "Decir sí" la situación se desarrolla en una peluquería. En el inicio, el dueño de la misma recibe a todos sus clientes (¿o potenciales víctimas?). El otro personaje de la obra, el hombre, y el "público" se acomodarán en la sala peluquería bajo la inescrutable mirada del peluquero.
La deliberada confusión espectadores clientes y la ruptura del espacio escénico abarcando toda la sala, impone al espectador una condición imprevista de la que no le sería fácil salir sin tomar partido.
El peluquero (¿poder?) Y su sillón se desplazan por toda la sala peluquería y cada uno podrá elegir que relación establecer con él, dueño del territorio.
El texto de Gambaro esta milimétricamente respetado, pero la puesta en escena abre la posibilidad de "sentarse, en el sillón (¿o silla eléctrica?) Con otras actitudes diferentes a la del hombre, o en todo caso, de la misma manera y con el mismo final.
Griselda Gambaro
A partir de 1969, con la aparición de los autores de la línea llamada del Absurdo, comienza una renovación escénica de fundamentales consecuencias, y que influirá a gran parte del teatro argentino hasta nuestros días.
Las creaciones de Griselda Gambaro constituyen, junto con las de Eduardo Pavlovsky, el conjunto más original del teatro argentino contemporáneo. Sus personajes tratan desesperadamente de mantener su identidad, pero acaban siendo frustrados y trampeados sin esperanza por insondables fuerzas internas y externas.
Todo su teatro es un juego de dualidades. Combina el ingenio con el humor negro, su argumento en apariencia realista y su lenguaje en apariencia lógico se funden con una atmósfera de pesadilla y la lógica, corrosiva, es aplicada a situaciones absurdas.
Su profunda visión de la naturaleza humana pone sobre el tapete a la crueldad como uno de los elementos destacados de dicha naturaleza; crueldad tanto física como psicológica. No es de extrañar entonces que el tema de la violencia sea posiblemente su tema mayor, apareciendo en sus trabajos y dándole unidad a su obra, la mayor parte de las cuales han sido representadas en distintos países de América y Europa.
Desde 1965 ha estrenado entre otras: Las paredes, El desatino, Los siameses, Nada que ver, El campo, Decir si, Sucede lo que pasa, Real envido, La mala sangre, Del sol naciente.
También ha publicado dos volúmenes de novelas cortas: "Madrigal en ciudad" y "El desatino", y las novelas "Una felicidad con menos pena", "Nada que ver con otra historia", "Ganarse la muerte" y "Dios nos quiere contentos", estas dos últimas traducidas y publicadas en Francia. Ha publicado cuentos para niños y un volúmen de "Conversaciones con chicos".
Sus obras han sido traducidas al Inglés, francés, checo, polaco e italiano